sábado, 25 de diciembre de 2021

Y le llamaba mi ABUELO

 Hoy día aún huele a TABERNA, aún sigue estando aquella ladeada madera y aquel suelo que tú dejaste semihundido.

A veces nos preguntamos por tu ausencia, tú eras esa persona que cuidabas de ti y medias con un peso tus análisis, que te gustaba decir hoy me tengo que pesar la sangre.

Fuí a verte días antes de tu marcha al HOSPITAL DE LA CRUZ ROJA, aquel pasillo vacío, mi miedo a los Hospitales y mi temor a no encontrar aquella habitación en la que te alojabas.

Aún dejamos alguna charla pendiente, pero las que tuvimos siempre fueron sinceras y llenas de grandeza y experiencia en la vida, aquel sábado maratoniano de Mundial de Fútbol y que nos citamos a las 12:30, aunque yo empecé antes que tú, la Jornada estuvo llena de sonrisas y buen humor.

Te escribo esta carta hoy amigo Mariano, por que para mis hijos fuiste aquel abuelo que yo no pude conocer, hoy cumple tú amiga CARMEN, sí aquella que se ponia cerca de ti para comer avellanas, beber fantas de naranja y llenar su corazón de momentos inolvidables, siempre con su platito de caracoles.

Maldito aquel día 22 de Diciembre que nos hizo más amargo el comienzo de la NAVIDAD, hoy y casi todos los días me acordé de ti al levantarme, gracias por aquellos momentos y por aquella gran amistad que nos unió, volveremos a encontrarnos,volveremos a vernos,seguiremos nuestras conversaciones y seguiremos siendo amigos hasta el infinito.

Hoy y siempre para nosotros fuiste aquel ABUELO, un beso al cielo de Manzanilla y al de la Plaza del Pumarejo. 



sábado, 2 de octubre de 2021


 Y llegó el día de perder la mascarilla

Hubo una vez que aprendí a no programar nada, a vivir el día a día y a no tener en cuenta el giro de las manecillas del reloj.

En mi sano juicio yo fui testigo de una Pandemia, de un paso atrás porque la vida no progresaba, yo viví un arresto domiciliario injustificado, yo fui privado de libertad, yo me quede bajo una llave para dar ejemplo, yo fui un ciudadano ejemplar.

He visto la soledad de las calles, la tristeza de familias y a los seres queridos llorando por cada vacío y por cada pérdida, he vivido tanto en tan poco.......

Intenté ayudar, poner mi granito de arena, poner mi esfuerzo al servicio del ciudadano pero la solución era estar encerrado, así poco podíamos hacer si la que mandaba era el rugir de una cerradura amarrada a una insignificante llave y a un concepto llamado “ESTADO DE ALARMA”.

Intenté reflexionar y entonces se me encendió la luz, me pregunté y puse en valor mi don de comunicarme con las personas, con los amigas y amigos y con la gente que estaba esperando de escuchar cosas nuevas.

Así fue e hice uso de las fuerzas tecnológicas del Planeta Tierra más poderosas y comunicativas, las Redes Sociales, del diálogo a cuantas llamadas telefónicas y telemáticas pudimos disfrutar y llevar a cabo, siempre buscando un rato de complicidad y un espacio en el que poder disfrutar de la compañía del amigo más cercano.

Se ha ido una generación de personas con un título y un currículum inmaculado de unos valores incalculables, hemos perdido a quienes nos enseñaron el camino de la vida y el saber caminar recto por la Sociedad que nos esperaba, somos fuertes pero a la vez débiles ante el desastre de lo ocurrido.

Ahora y gracias al seguimiento diario observamos cómo comienza a salir el sol y como podemos tener la indiosincracia de volver a sonreír, ¿hemos superado la Pandemia?, de momento parece que vemos como se pude perder el respeto a las mascarillas, esto no ha acabado sigamos haciendo de la información y del respeto hacia los demás .