sábado, 11 de julio de 2020

La Cobra de la Felicidad

Era 2010, nuestros Internacionales arribaron en un País golpeado por la pobreza,
pero con la enorme responsabilidad y disponibilidad de celebrar un gran acontecimiento futbolístico, el Mundial.
Veintitrés jóvenes se embarcaron en la aventura de hacer feliz a nuestro país, inmerso en aquel momento en una tremenda crisis y en la que la “prima de riesgo” era como comer palomitas de maíz en la puerta del parque, sin duda el pan nuestro de cada día.
Pero llegó el 10 de Julio y subidos en un autobús se encaminaban a las puertas de la Gloria, a dignificar el ansiado triunfo la consecución de aquel entorchado, aquella Estrella, aquellas
Gloriosas manos color oro que arraigadas a la Bola del Mundo hizo que nos olvidáramos de aquella “prima” y nos emocionáramos con aquel beso.
A nadie se le ocurrió criticarlo, era el sello del amor, de las jodidas criticas a un chaval que salía a darlo todo, era la Cobra de la Felicidad.
La espontaneidad, la Alegría, el desparpajo de un Capitán, la emoción de una periodista de un mes duro de trabajo, de unas horas difíciles, en definitiva la calma deportiva de un Pais.
Hoy, diez años después luchamos con la “Furia” de acabar con la Pandemia que nos azota, por eso hoy le doy un enorme mérito a ese beso, a ese abrazo, a esa caricia y a esa instantánea.
Que nada ni nadie nos roben los momentos bellos de la vida, por que entonces será la “COBRA” la que gane la partida.

PEDRO Gutiérrez.

jueves, 9 de julio de 2020

Pandemia o enemistad

Todo comenzó aquel 13 de Marzo, las autoridades nos dijeron que teníamos que encerrarnos, protegernos, aislarnos y confinarnos.
Y comencé a pensar, si me confino, si no puedo salir a la calle, si no puedo saludar a nadie, si no puedo abrazar a nadie, si no puedo besar amistosamente a nadie, que me están dando a entender.
Han pasado cuatro meses y parece que todo empieza a complicarse de nuevo.
Qué tipo de enfermedad es la que no me deja arrimarme a nadie, qué tipo de enfermedad es que no me deja relacionarme con nadie.
Cómo que los puestos de trabajo están peligrando, cómo que mañana tengo que esperar para entrar en una tienda.
Ya no me saluda la gente, ya no me llama la gente, ya no conecto con la gente.
Cuanto ha cambiado todo, ahora no sé si llamarle “Pandemia” o “Epidemia” pero aquello que tanto trabajo costó construir, la amistad de muchos años, este bichito se la está cargando.
No es lo más doloroso de todo, doloroso es ver cómo se ha ido una maravillosa generación de personas que lucho por conseguir que nosotros lográramos nuestros sueños,
se ha ido una generación del diez, una generación que trabajó para dejarnos una vida más cómoda y ha tenido que ser esta terrible enfermedad la que se la ha llevado por delante.
Quiero pensar que todo esto sea un mal sueño, y que todo acabe ya, quiero levantarme mañana por la mañana y ver a la gente andando sin trabas ni obstáculos en sus caras, pero antes de todo quiero que seamos responsables y respetuosos con las decisiones de las autoridades sanitarias, eso o elegir el camino equivocado el de la muerte .
Prefiero no pensar y reflexionar cuál es la solución.

Pedro Gutiérrez.